Muchas veces nos sentimos poderosos.

Las grandes pirámides de Egipto, las cuales quisiera poder llegar a tocar antes de morir.

Las increíbles megaciudades modernas, con sus infraestructuras, grandes puentes y rascacielos.

Logros de la ingeniería como el Canal de la Mancha.

La ciencia y la tecnología, el genoma humano, la cura de infinidad de enfermedades, los trasplantes de corazón. La informática, rebotica, aviones y naves espaciales.

Por supuesto el arte; la música, la literatura, la pintura… Mozart, Miguel Ángel, Cervantes, Goya…

Las religiones; catedrales, mezquitas.

Roma, Grecia; la Filosofía, la Política.

Habría mucho que reflexionar mucho sobre el coste de todos esos logros, y sobre todo las motivaciones que los hicieron posibles, su honestidad, su finalidad. Su ética.

Recuerdo el impacto que me produjo visitar el Taj-Mahal, nunca lo olvidaré. ¿Fue un monumento fruto del amor como cuenta la historia?, Difícil saber eso. Sería lo hermoso si fuera cierto, incluso más hermoso que el propio monumento, aún tratándose de un edificio de belleza emocionante.

Todo ello queda eclipsado cuando entramos en contacto con la Naturaleza, con el Cosmos.

Solo hay algo que lo iguala, lo sintetiza y lo trasciende:

El Amor.

Solo hay amor, solo queda el amor, solo existe el amor.

Lo demás solo es polvo de estrellas.

 

En numerosas ocasiones he tenido la suerte de subir al volcán Teide, en la isla de Tenerife, de las Canarias.

Al amanecer, al atardecer. Por la noche. Nevando.

Desde todos los caminos y en todas las estaciones.

Esta vez la subida fue por la carretera que te lleva desde la Laguna, al noreste.

Pero vayas por donde quieras, nunca te decepciona.

Te empequeñece y hace sentir humilde y pequeño. Admiras su majestuosidad, su belleza.

Y te dices:

¡Cuán pequeños somos!

¡Insignificante existencia!

Si lo que estamos viendo, también

solo es el polvo de una estrella;

¿Qué nos queda?

Solo el amor nos queda.

 

Si queréis más información del Teide, podéis hacer clic  AQUÍ

 

Ilustración, fotos y literatura:

maximenendez