Madrid, Arte otoño e invierno

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Lejos queda mi primera visita a Arco, la más famosa feria de arte de Europa, allá por el año 2000. Recuerdo que fue una experiencia aparte de nueva, muy gratificante. Un empacho de arte gráfico, instalaciones y escultura hasta que el cuerpo aguante. Un laberinto en el que a poco que te despistes, estas perdido sin saber si estas a diez metros del inicio de tu visita  o a cientos. Conviene ir un poco organizado con un plano o itinerario, pero el tiempo es relativo ya que habrá cosas que te gustan mas o menos, que te entretiene un minuto o un cuarto de hora o mas. Algunas cosas ni las verás y otras, tres veces o mas. Todo ello rodeado del glamour de los compradores y compradoras que buscan un Tapies a buen precio, para poner en el comedor de su casa, o algún que otro adinerado al que menos que un Bacon no le vale.

Chicos y chicas guapas, ricas, millonarios, muchos pequeños coleccionistas y centenares de mirones como es el caso de un servidor y sus acompañantes. Todo mezclado con el común denominador del gusto por el arte.

También recuerdo que aprovechamos para visitar alguna otra exposición por Madrid.Marc Chagall[1] Recuerdo que estuvimos en una extraordinaria de Chagall en la fundación Joan Marc, además de alguna otra de las muchas que hay en Madrid en esas fechas.

Luego está Madrid, y sus atractivos, buena comida y la marcha, mucha marcha, Malasaña, Chueca… Y en aquella época no podía faltar la disco de moda, con buen «bacalao» para agitar bien el coctel estomacal, compuesto muy probable de unos huevos rotos tipo Lucio o similar, agua, vino en cantidad, chupito y cubalibres, aparte de algún abalorio más. A la mañana siguiente o mejor a la mañana sin mas; desayuno y retorno en forma de «vía crucis» para conductor, en aquel caso el que les escribe y sus acompañantes. Recuerdo que era tal nuestro poderío físico que aún hubo que parar en Arévalo, a meternos entre pecho y espalda un exquisito y crujiente cochinillo especialidad del lugar, bien regado con abundante tita del país.

Y todo esto de viernes a domingo.

distritos-de-madrid[1]Eran otros tiempos y eso que ya entrados en años se avistaba la decadencia de la carne. Poco a poco el reclamo del arte se desviaba peligrosamente hacia la juerga, hasta instalarse en la misma y el arte convertirse solo en la disculpa.

Repetimos varios años, tres o cuatro, luego de forma esporádica; la última no antes de seis o siete años a tras y ya con la familia.

Entonces cesó.

Pero siempre estará Madrid, la maravillosa ciudad, el alma de la fiesta. Y mas obligada ahora que nunca ahora su visita, ¡Tanto da Madrid!.

Hablando con mi hermano Pablo, residente allí desde hace bastantes años, un día me dijo, más o menos lo siguiente: «Madrid da mucho y quita mucho, si quieres vivir aquí tienes que aprovechar todo lo que puedas lo que da, porque si no, te quedas solo con lo que quita y eso puede hacerse insoportable».

Amén.

Esta entrada me fue inspirada por el artículo del que os paso el enlace y que podeis ver pinchando aquí.

 

Maximenendez

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