Penoso retorno tras una noche derramada. (Gijón nocturno)
Bien entrada la noche, empapado con vaporosos fluidos y densos aromas, peregrina uno hacia el bien merecido descanso.
Se hace largo el camino, desierto ya de presas, como si se escondiera el mundo de las bestias nocturnas que acechan las calles.
Un trago de agua amansa la sed de sangre y con un arrebatador aullido, despeja el camino de inconscientes rezagados y atrevidos.
Cercana el alba, acelera el paso ya sin tiempo para más empresa que la de recluirse, y abrazar la eterna oscuridad en la que permanece prisionera su esencia.
Fotografía y literatura:
maximenendez
by Maximino Menéndez Huerta