Elogio al Elogio
Cuando se inauguró la obra Elogio del Horizonte de Eduardo Chillida (San Sebastián 10/01/1924 ibídem 19-08-2002) en Gijón el 9 de junio de 1990 fue un momento agridulce. Incluso el entonces alcalde de Gijón llegó a ser agredido por uno de los vecinos que se manifestaban contrarios a la construcción de la escultura.
Había división de opiniones sobre si la villa de Gijón podía o debía gastar 100 millones de las antiguas pesetas en una obra como esa, lo que cuesta hoy un piso de 120 m2 en el centro de la ciudad unos 600.000 euros.
Recuerdo que Chillida, máximo valedor y sin duda enamorado de la obra, ante lo ocurrido renunció a la mayor parte de sus honorarios, cobrando sólo de manera testimonial un 5% del coste de la construcción, convirtiéndolo en un auténtico regalo para la ciudad.
Recuerdo que algo parecido pasó con los 25.000 millones, también de las antiguas pesetas que costó el museo Guggenheim en Bilbao, la gente también protestó. Pero dudo y desconozco si el bueno de Frank Gehry tuvo esa misma deferencia para con los bilbaínos.
Gijón y Bilbao, dos ciudades eminentemente industriales que no entendían muy bien lo que supondría una inversión en arte y las futuras repercusiones que tendrían para la ciudad.
Entorno
Ubicación de la escultura sobre el cerro Santa Catalina en la bahía de Gijón.
Supongo que ahora con el paso de los años, cuando las cosas se ven lejos en el tiempo, nos percatamos que muchas veces la ignorancia es el mayor veneno para los que componemos la sociedad, desconocedores de que el arte y la cultura son tan importante o más que fabricar hierro o barcos. Con el arte fabricamos ideas, ilusiones y también progreso.
En el caso de Gijón la obra supuso una imagen representativa de la ciudad y un saneamiento general de la zona donde se ubica, convirtiéndose en uno de los lugares emblemáticos de nuestra ciudad.
En el caso de Bilbao aún fue más importante, ya que marcó un antes y un después para toda la ciudad y la magnitud de la obra fue mucho mayor. Quien conoció Bilbao hace 30 años y lo ve ahora, se dará cuenta de lo que hablo.
Primeras impresiones
Planteamiento de la obra
Ubicada al borde del acantilado del cerro, se experimentan sensaciones auditivas muy hermosas si uno se sitúa justo bajo la escultura, en el centro sobre todo en casos de viento y mala mar, percibiendo una curiosa y magnífica experiencia acústica.
Por la noche, sin luz directa por expreso deseo del autor, la experiencia es diferente pero igual o más satisfactoria, hay que recordar que el acantilado esta muy cerca y hay que extremar la precaución sobre todo si uno va con niños.
En cuanto a la estética visual, es formidable, un sin fin de ángulos y composiciones posibles para el espectador. A mi siempre me apasionó.
Intentando exprimir un poco la obra haciendo composiciones desde varios ángulos
Yo he tomado estas fotos para intentar transmitir lo que la obra puede dar de sí, sobre todo si te gusta la escultura y la arquitectura. Todo pasa por echarle un poco de espíritu crítico y exprimir hasta el último mensaje que nos manda este maravilloso monumento.
Y un poco más
El Elogio del Horizonte fue considerado por el artista guipuzcoano como su obra más destacada, yo conozco su magnífica casa-museo Chillida leku en la localidad guipuzcoana de Hernani y he de estar de acuerdo con él; aunque recomiendo su visita a cualquier amante de la escultura o arte en general, es extraordinario.
Y nos despedimos dejando al Elogio bajo la luz del crepúsculo
En definitiva una gran obra para ver y disfrutar, incluso venerar junto al magnífico entorno que la rodea. Os dejo unos enlaces por si queréis profundizar un poco más en la ciudad o en la obra y su artista.
Gijón pinchar aquí
Elogio del Horizonte pinchar aquí
Eduardo Chillida pinchar aquí
Fotos y literatura
maximenendez
A pesar de no ser muy conocedor del Arte, puedo manifestar que la obra y esa fotos, expresan (a mi criterio por supuesto), fortaleza, identidad, conexion espiritual y emociones como: Viajar, orar y pensar cosas positivas… Los felicito desde San Félix, Estado Bolívar – Venezuela..
Gracias Henrry