De Sao Paulo a Río y vuelta.

Como un suspiro pasó mi primera vez en Brasil allá por 1999. Diez días de no parar. Recuerdo que mi avión aterrizó en Sao Paulo a las siete de la mañana, y mi amigo y anfitrión, Arturo  ya me estaba esperando con Vinicius, que luego se convertirá en un gran amigo y que nos veríamos tanto en España como en Brasil, tristemente desaparecido hace ya diez años de forma prematura, una gran pérdida para mí y para mi familia.

A las nueve de la mañana ya había caído alguna caipirinha, no hubo respiro ni descanso. Había que aprovechar a ver y disfrutar lo mas posible. Cervecerías, restaurantes, discobares y discotecas impresionantes, nunca vi marcha igual ni locales semejantes y mejor no profundizar mucho en este asunto. Sao Paulo, la ciudad mas grande de América del Sur, 18 millones de aquella, quizá a día de hoy la mas grande de toda América. No vayas si no conoces a alguien de allí, es un infierno de tráfico y puede ser peligroso no saber por donde andas. A pesar de no ser tan turística como Río, es la capital financiera de Brasil y de toda Sudamérica.

Revolviendo aparecen fotos y estas que os enseño en este modesto reportaje no hacen honor a las vivencias que tuve la oportunidad de tener en aquella excursión de cinco días con Vini desde Sao Paulo a Río de Janeiro, para ir por autopista y luego bordeando la costa hasta Santos y después regresar a SP.

Seguro que tengo más fotos, pero como soy un desastre seguro que estarán entre en un montón de álbumes y carpetas que gracias a este blog, me he puesto a intentar ordenar un poco.

Si una imagen me quedará imborrable para el recuerdo mientras viva, fue ver llover. Parece que siendo asturiano no debería llamarme la atención semejante cosa, pero amigos, quien no lo haya visto como yo, puede estar seguro que nunca vio llover. Imaginar una tromba de agua como las que caen aquí a veces, esa lluvia intensa que nos hace resguardarnos en los portales a esperar que amaine un poquito, porque en diez pasos estaremos empapados. Pues imaginaros eso durante tres días y tres noches sin ningún tipo de interrupción ni asomo de escampe. Era acostarse con el intenso ruido de la lluvia en nuestro hotel de tercera linea de playa de Copacabana y despertar con la misma sinfonía, no hacía falta asomarse a la ventana. Quizá el diluvio tenga algo de culpa de la escasez de fotos de esos días.

La imagen que puede tener cualquiera de Brasil y sobre todo Rio de Janeiro, es de sol, carnaval y playas repletas. Pero cuando vemos sus impresionantes bosques frondosos que componen ese sector de la Mata Atlántica (hacer click aquí para saber más) no podemos obviar pensar que llueve, pero que no veas. En cualquier época, era Noviembre en este caso y no suele haber sequías en esta zona de Brasil.

Hablar de la belleza de Brasil sería gastar palabras. Y mostrar fotos, no hacer honor al paraíso en el que están tomadas. Solo decir que si tenéis la oportunidad, este trayecto, es una manera estupenda para iniciarse en un país que es gigante en todo.

MapaRegion-CHS[1]

Pincha aquí si quieres saber algo más de la zona de Ilha Grande y Angra dos Reis.

Gente y naturaleza exuberante. Amor, pasión y vida. Por otra parte, tristeza, miseria y muerte. Eso es Brasil.

Si no me crees, vete a comprobarlo.

 

Maximenendez

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.